Seamos más cercanos

No hay excusas para no tratar a otros como un igual. Respetar su opinión, valorar cada aporte y reconocer a las personas, más allá de sus títulos u ocupaciones, es un compromiso que todos debemos cumplir.
No existe la frase “valés lo que tenés”, porque las personas no son posesiones. No son representantes de sus pertenencias, sino de sus valores; tanto morales, como culturales y sociales.
El problema que radica en la sociedad es cuando creemos que un cargo, un puesto jerárquico, o una posesión material nos dan el permiso para tratar a otra persona como menos. No reconocer al otro, tratarlo mal, o simplemente desprestigiarlo, es una injusticia que se debe cortar de base.
Hace siglos se creía que las personas se dividían en clases y diferentes líneas ficticas, que no podían mezclarse entre sí. Que unas se encargaban de tener sumisas a las otras. Pero esto fue historia pasada y debemos resaltar el cambio que se ha dado con la evolución del accionar del hombre. Es decir, el estatus o clase social no debe influir en lo de educado y humilde que podemos ser, y debemos tener eso siempre presente.
Empatía primero
Saludar, dar buenos días y desear suerte, no depende del lugar. Tu cargo no te hace más que nadie. Un ascenso en el trabajo no equivale a perder la humildad. Las actitudes valen más que las palabras, y no deben ser el reflejo de soberbia.
Nada tiene que ver el ser respetado con la falta de educación. Reconocer a todos los integrantes de un equipo, a los que componen el andar diario, o los que se cruzan en el día, es parte de una forma de ser, que son muestras de gentileza y amabilidad. Entenderlas como un igual, también logra que te vean como un ser humano con virtudes y defectos.
Lograr los objetivos en la vida va mucho más allá del dinero o el poder. Es el establecer vínculos y crear conexiones. Es enriquecerse con el otro y compartir sin pensar en el beneficio personal. Si esta reflexión te ha ayudado a pensar en qué podés mejorar, es el primer paso. Ahora continuá con cambiar ciertas actitudes, y seguir el ejemplo que han dejado diversos líderes a lo largo de la historia. En definitiva, ser humilde es una muestra de grandeza, y debe ser parte de tu estilo de vida.