Museo de la Historieta Argentina y Centro Cultural Alternativo: un proyecto que estrecha las relaciones entre Rosario y la cultura nacional

Museo de la Historieta Argentina y Centro Cultural Alternativo: un proyecto que estrecha las relaciones entre Rosario y la cultura nacional

Si hay un medio infinitamente versátil en términos visuales y narrativos, ese es la historieta. Como si de un prisma se tratase, el noveno arte puede conjugar en sus expresiones disciplinas tan distintas como el dibujo, la pintura, la literatura y hasta la arquitectura o el cine, incluyéndose de alguna forma en este último como los conocidos storyboards

Así también, las viñetas han sido históricamente portavoces de las inquietudes personales y/o sociales de sus autores/as en una determinada época, muchas veces de forma contestataria. Esto no sólo gracias a su plasticidad como medio, sino también por un alcance que no entiende de clases sociales y, además, su idoneidad para esquivar la censura o tabúes imperantes. Y eso que no mencionamos, además, su faceta como entretenimiento puro y duro, definitivamente la más popular y, quizá, la que le dio una injustificada fama como arte “menor” o “infantil”. 

Argentina no es, por supuesto, ajena al cómic y sus posibilidades. Es cuna de autores prolíficos reconocidos a nivel mundial, como Dante Quinterno (creador de Patoruzú, pudiendo considerarse el primer “superhéroe” al llevarle diez años al mismísimo Superman), Eduardo Risso (dibujante de DC Comics y organizador de CrackBangBoom) o H. G. Oesterheld (guionista de “El Eternauta”, obra que no necesita presentación), entre muchos otros autores

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Hasta 2020, la CrackBangBoom convocaba a miles de fanáticos año tras año y en número creciente.

En Rosario, bastión histórico de la cultura nacional, tuvimos al irrepetible “Negro” Fontanarrosa. No es ni por asomo el único representante del arte secuencial en la ciudad, hogar también de la reconocida CrackBangBoom y una multiplicidad de comunidades que hacen del cómic (o manga, su variante de origen japonés) una forma de vida. Ya sea desde el fandom, el cosplay (la interpretación de un personaje ficticio mediante un disfraz del mismo) o hasta como autores en el círculo fanzine, puede decirse que los cuadritos gozan de más salud que nunca. 

Uno de los gestores culturales más prominentes de la escena local es Andrés Bravo Lovey, organizador de los eventos DMO, Star Anime y Rosario Cómic, entre otros, y fundador del grupo que nuclea más fanáticos del cómic, manga/anime, videojuegos y demás en Rosario: la Unión de Generaciones Otakus. Una labor de estímulo y divulgación cultural que también busca trasladar a su faceta como docente de Literatura. 

Esta pasión por generar cultura, que ya arrastra desde la secundaria acudiendo a talleres de teatro y literatura en el cine Lumiere, hoy alcanza su máxima expresión al llevar adelante el proyecto de Museo de la Historieta y Centro Cultural Alternativo, recientemente declarado de interés por el Concejo Municipal de Rosario. Y en esta ocasión, tenemos la oportunidad exclusiva de entrevistarlo.

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Ni la pandemia puede detener el sentimiento friki.

¿Cómo surgió la idea de un Museo de la Historieta Argentina? ¿En qué consiste exactamente? ¿Hubo otros proyectos similares en el pasado? Si los hubo, ¿en qué creés que se diferencia esta vez?

La idea es recuperar y mostrar los antecedentes culturales de la historieta en Argentina, haciéndolo desde un espacio más artístico y pragmático. El Museo consiste en un espacio dedicado a la muestra permanente de las historietas, tanto de las obras en sí como de las miradas de sus autores y su contexto histórico de desarrollo. Éste se complementa con un sector para las actividades culturales referidas a la temática, ya sea a través de talleres o como espacio para el esparcimiento y crecimiento de sus diferentes comunidades y actores que la componen, por eso el nombre de “Centro Cultural Alternativo”. 

Hubo una muestra en Buenos Aires con un paseo de ilustradores y un castillo dedicado a la colección de cómics internacionales y demás, que hace apenas un año me enteré de su existencia. Ya no está en vigencia, lamentablemente. El espacio que estamos creando dista de los dos anteriormente nombrados al ser interdisciplinario.

¿En qué estado se encuentra el proyecto? ¿Cómo afectó la pandemia en su desarrollo?

Actualmente, la pandemia hizo que muchas de las actividades y puestas en práctica tanto de la muestra como de los talleres se frenen hasta nuevo aviso, sin poder adelantarlos desde la virtualidad, al ser la mayoría de sus desarrollos presenciales. 

Aún así, el proyecto avanzó bastante rápido y suponemos que para el año que viene abriremos las puertas tanto para visitas guiadas, como para los cursos del Centro Cultural.

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La “Unión GO” en sus inicios, allá por 2010/11. Lo que empezó (y sigue) como un espacio recreativo dedicado a la cultura pop, hoy tiene a algunos de sus participantes como gestores culturales.

Uno de los distintivos es la iniciativa de un Centro Cultural Alternativo complementario. ¿De qué se trata?

Con “Centro Cultural Alternativo”  hablamos de crear, al igual que los centros culturales tradicionales, talleres tanto de actividades no tan conocidas como de otras más comunes. Ejemplos de estos talleres son la confección de cosplay, clases de k-pop, redacción de guiones para cómics, dibujo de historietas, etc.

¿Quiénes te acompañan en la iniciativa? ¿Recibiste la ayuda o el apoyo de otras figuras de la cultura local? 

El proyecto está armado, en su mayor parte, por diferentes comunidades de la subcultura friki/otaku, junto a lo que llamamos “aliados culturales”, como instituciones (Escuela de Dibujo Barocelli), organizadores de eventos de la temática y comiquerías de Rosario. Actualmente también se sumaron la Municipalidad de Rosario, ofreciendo espacios para la muestra y los talleres. Así como también diferentes partidos políticos (PS y PJ) , e instituciones culturales como el Museo Gallardo, Usina Social, el Centro de Juventudes, el Teatro Lavardén y otros.

Para vos, ¿cuál es el rol que cumple la historieta nacional a nivel histórico y cultural?

Si hay un rol del cual siempre fue partícipe la historieta argentina, fue su compromiso con la realidad social del momento y como una expresión artística para la mirada de sus autores. Es hora de que tenga en la cultura de la ciudad su espacio y su lugar en la historia, de la que siempre fue partícipe y comprometida con su público. Podemos citar muchos autores con obras que dan fe de la misma: Caloi y “Clemente”, Quino y “Mafalda”, Oesterheld y “El Eternauta”, García Ferré con la revista “Anteojitos”, Quinterno y “Patoruzú”, y un largo etc.

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El “Paseo Fontanarrosa”, en los galpones a metros del río Paraná, es lo más cercano a un museo de la historieta en Rosario. Por ahora.

En relación a la anterior pregunta, ¿cómo ves el presente y futuro del noveno arte argentino?

Hoy la historieta nacional enfrenta desafíos como en todas partes del mundo al respecto. La digitalidad facilitó la difusión de diversos títulos y autores; así como una relación más estrecha con sus lectores, que anteriormente se daba en un tiempo muy puntual y acotado como los eventos. Esto también ahorra el proceso de impresión en papel, asunto cada vez más costoso y delicado.

A nivel de contenido y propuestas, estamos ante un amplio abanico de géneros y estilos, además de diferentes recursos para promocionar sus obras. Es una nueva etapa de renacimiento para el noveno arte, que inició, a mi parecer, hace diez años.

¿Algunas palabras para la gente que sienta curiosidad por el espacio?

Me gustaría decirle a la gente que se acerque al proyecto, sea partícipe de la creación de un espacio cultural nuevo y único, que ofrece una oportunidad de formación para iniciarse (o enriquecerse) en el panorama tanto de la historieta como de la cultura actual en la ciudad.

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Julián Romano

Julián Romano

Redactor, historietista y estudiante de realización audiovisual rosarino. Amo la ficción de género y explotación, así como también la riqueza cultural e histórica de mi país. Recibí una educación cristiana, pero en mi altar está Cthulhu.

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