Lo dice la ciencia: Tomar mate hace felices a las personas

Compartir un mate es la excusa perfecta para reunirse. Permite la charla, el ponerse al día y es parte fundamental de nuestra cultura. Es una de las esencias de la argentinidad, y es una carta de presentación para turistas y extranjeros.
Esta costumbre popular es mucho más que una bebida hecha con yerba mate. Ya sea dulce, amargo, con hierbas o cascara; el mate nos representa y es una de las mejores estrategias para socializar.
En suma, dentro de los beneficios del mate, hay ventajas que van más allá de lo que hace bien al alma. También hace bien al cuerpo, ya que diversos estudios han comprobado características poco conocidas.
Según investigaciones llevadas a cabo en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el mate presenta propiedades antisépticas ideales para combatir gérmenes nocivos, como la Scherichia coli y el Staphylococcus aureus.
Por otro lado, el mate podría ser una forma de reducir el riesgo de desarrollar la diabetes tipo dos. Esta enfermedad afecta a uno de cada dos argentinos, pero según estudios, se determinó que quienes consumían más de medio litro de mate al día, reducían las posibilidades de desarrollarla.
Como extra, un estudio publicado en la prestigiosa revista Phytotherapy Research, indica que la yerba mate podría ayudar a prevenir la ruptura de los glóbulos rojos. Esto significa una gran noticia para quienes sufren de anemias crónicas.
Otro beneficio muy importante es el poder antioxidante del mate. Esta yerba, como el té o el tilo, presenta una importante cantidad de propiedades nutritivas, a la par que impide la formación de óxidos en el cuerpo. No podemos dejar de mencionar los polifenoles del mate, que ayudan a combatir los radicales libres, responsables de originar graves enfermedades.
En efecto, la felicidad que crea una ronda de mates tiene estos adicionales, además de la posibilidad de compartir un buen momento. Todo ayuda a mejorar nuestro humor, estado de ánimo y bienestar.
Tomar mate como práctica social

Hoy, el mate representa una convergencia de culturas y estratos sociales. Una invitación a la amistad, a compartir, a ser amigo, incluso a pesar de las diferencias. Ricos y pobres, docentes y alumnos, víctimas y verdugos. Todos se unen en el sencillo acto de una ronda de mates.
No es un té, ni un café. Esas son infusiones de afuera que no traen una cultura consigo. Pueden ser símbolos de amistad, pero nunca con la intimidad y complicidad que incluye el mate.
“Un mate no se le niega a nadie” es una frase de cabecera. Es el acto de decir “gracias” por lo menos una vez al día. Es la obligación de tener una pava y un termo en todas las casas. Es el ofrecer la amistad en forma de bebida. Es el tomar sin limpiar la bombilla. Es el abrir la ronda a cualquier visitante que quiera participar.
Un argentino no puede irse de su país sin ser acompañado por kilos de yerba. De la misma forma que empieza a extrañar a su tierra cuando se le terminó.
Es el compañero en el trabajo, en la oficina, en el estudio y en los ratos libres. Es la excusa cuando no hay excusas. Es nuestra cultura y es parte de cada argentino, que se encargará de inculcarla a los que no conocen, de la misma forma que la llevará a las próximas generaciones.
Podés escuchar «Un mate y un amor» en este link.